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Desde hace siglos Málaga es tierra de vinos. En casi todas sus comarcas existen referencias importantes enológicas, ya sean dulces, blancos, tintos, rosados o incluso espumosos. Buena parte de estos vinos están incluidos dentro de las dos denominaciones de origen existentes. La Denominación de Origen Málaga, una de las más antiguas de Europa, se creó para proteger a los prestigiosos vinos de aquella época. Hoy protegen a los denominados vinos tranquilos, que se elaboran sin alcohol añadido.
Entre ellos, hay que diferenciar entre dos tipos de dulces, los que proceden de uva sobremadurada y los que se hacen con la uva pasificada.
También se incluye aquí a los secos (con 15 grados alcohólicos como mínimo) y los vinos de licor, que se hacen añadiendo al mosto durante su fermentación alcohol vínico con el fin de pararla (ppueden ser secos, semiseco, semidulce o dulce).