Aceite de Arenas, el auténtico y más puro AOVE de Santa Catalina Mártir
Un AOVE con unas magníficas cualidades organolépticas donde la aceituna verdial, predominante en la zona, les ha permitido conquistar el paladar de multitud de pueblos vecinos e incluso foráneos, “pues hasta Francia, Estonia, Ecuador y Japón llegan el aroma, el color y el sabor de sus AOVEs de calidad suprema
Santa Catalina Mártir es una modesta cooperativa agrícola emplazada en el municipio de Arenas, en la comarca malagueña de la Axarquía, que desde hace más de cinco décadas está dedicada a la producción, envasado y comercialización de Aceite de Oliva Virgen Extra, su singular Aceite de Arenas. Un AOVE con unas magníficas cualidades organolépticas donde la aceituna verdial, predominante en la zona, les ha permitido conquistar el paladar de multitud de pueblos vecinos e incluso foráneos, “pues hasta Francia, Estonia, Ecuador y Japón llegan el aroma, el color y el sabor de sus AOVEs de calidad suprema.Es Francisco Pareja, socio y responsable administrativo y de estrategia comercial de Santa Catalina Mártir, quien nos atiende pacientemente, relatándonos los orígenes de esta cooperativa que nace el 12 de julio de 1970. Una sociedad agrícola que surge “de la necesidad” y auspiciada por un pequeño grupo de agricultores que se vieron en la obligación de buscar una salida a una coyuntura social y económica donde el campo y los campesinos veían mermado su esfuerzo y su sustento familiar. “Simplemente, decidieron poner en valor su trabajo y sus cosechas para sobrevivir en este medio rural –nos cuenta este joven arenusco diplomado en marketing– haciéndole una leal competencia, fundamentalmente, a una almazara privada que ya estaba asentada en el pueblo”.
La primera etiqueta
En un principio, todas las aceitunas que se prensaban en la almazara de la cooperativa se destinaban exclusivamente al consumo de los propios socios y sus familias. Sin embargo, hace ya unos 20 años que se comenzó a vender el aceite “a la calle” –explica Francisco– para cuya ocasión, el pintor veleño, Evaristo Guerra Zamora diseñó y donó los derechos de su obra y que plasmó en su etiqueta originaria. Francisco afirma que la sociedad ha ido transformándose poco a poco y que cada una de las juntas directivas gestoras ha puesto su granito de arena para mejorar, impulsar y modernizar las instalaciones y la maquinaria, redundando todo ello en la economía del pueblo.
El motor del pueblo
“Aunque sea quizá en los últimos años cuando se ha apreciado el mayor cambio, en parte auspiciados por el tiempo que nos ha tocado vivir”, –matiza– donde las perspectivas de proyección y crecimiento para la cooperativa indujeron a la última junta directiva (2017-2021) a implantar prácticas comerciales que dieran alcance a más consumidores y fundamentalmente más allá de nuestros límites comarcales. Todo ello también ha estado favorecido por las ventajas que conllevan las nuevas tecnologías y las redes sociales como Facebook, Instagram y LinkdIn, “en definitiva, aspectos que nos han permitido dar un gran salto cualitativo y cuantitativo”.
Con esta misión y visión es cuando en 2021 sale al mercado Aceite de Arenas, la marca comercial de la cooperativa Santa Catalina Mártir, identificando y posicionado el producto desde el origen para cautivar el mercado nacional e internacional y donde el artista Evaristo Guerra vuelve a brindar la imagen para su nueva etiqueta. Y es que “la fábrica es el motor del pueblo –asevera Francisco, el verdadero motivo por el que las distintas juntas directivas que han dirigido la cooperativa han buscado siempre darse a conocer y hacer valer nuestros aceites”.
Aceite de Arenas en cifras
Hoy día, en la cooperativa Santa Catalina Mártir están inscritos más de 740 socios, de los cuales 400 se encuentran plenamente activos, y aunque predominan los vecinos de Arenas, también hay algunos labradores de pueblos cercanos, como Daimalos, Corumbela, Sedella, Canillas de Albaida o Sayalonga.
En las instalaciones de la cooperativa de Santa Catalina Mártir –donde además de funcionar como almazara también poseen un espacio destinado a la venta productos de la zona, como pasas y miel, y material de ferretería– trabajan actualmente cuatro personas: el maestro molinero, el encargado de la pesadora, un envasador y un administrativo (Francisco), aunque como nos señala este joven, durante la última campaña han tenido que contratar a una persona más para que les ayudase en el envasado, pues el proceso sigue siendo manual, a pesar de que la fábrica está en gran medida modernizada.
Aunque con una producción limitada, esta cooperativa ha llegado a moler en torno a dos millones de kilos de aceitunas en las últimas campañas, con un rendimiento por kilo de aproximadamente un 20%, llegando a envasar más de 200.000 litros de Aceite de Arenas en 2021, lo que supuso un récord de ventas histórico para la cooperativa. No obstante, Francisco recalca que este rendimiento bajará en 2022 hasta un 17% - 18%, debido a la escasez de lluvias que se viene padeciendo, todo ello sin contar con el aumento de los costes de los abonos, herbicidas y carburantes, que harán más ardua su sostenibilidad”.
AOVE sin filtrar
La variedad de olivo verdial predominante en la zona, acapara el 90% de la producción de Aceites de Arenas, mientras que el restante 10% se reparte de modo similar entre las tipologías Picual, Hojiblanca o Marteña. Unas aceitunas recolectadas de forma tradicional por los pequeños agricultores y de cosecha temprana, entre los meses de noviembre y diciembre, que son diariamente depositadas en las instalaciones de la cooperativa para ser limpiadas, molturadas y centrifugadas mediante procesos mecánicos, extrayendo un oro líquido puro y muy singular, ya que el 80% del Aceite de Oliva Virgen Extra que se obtiene es envasado sin filtrar, lo que le otorga un sabor más intenso y amargo y presenta un aspecto de color más intenso y con algunas imperfecciones. Pero además, este aceite de oliva sin filtrar contiene más polifenoles, vitamina E y antioxidantes naturales, – apunta Francisco.
A colación de las magníficas cualidades, el responsable comercial de la cooperativa apunta con orgullo que el pasado año (cosecha 20/21) lograron extraer un aceite muy especial, fruto de una recolección de la aceituna en su punto óptimo. Un aceite temprano que en su primera edición tuvo muy buena aceptación y de una calidad extraordinaria, "digna de concurso", unas condiciones que este año no se han podido producir debido a que las condiciones climatológicas. Sin embargo, siempre con ánimo y espíritu de superación, Francisco afirma que en las próximas campañas, desde la cooperativa Santa Catalina Mártir se seguirá apostando por una producción siempre excelsa, "para ofrecer al cliente un producto más selecto y con unas características organolépticas, aroma y sabor de récord".
En expansión
El Aceite de Oliva Virgen Extra de Arenas, en sus dos modalidades, sin filtrar y filtrado, se comercializa actualmente en distintos formatos, que van desde los 750 ml en botella de cristal, y fundamentalmente destinada a la venta particular y tiendas gourmet, hasta los envases de plástico de ½ litro, 1l, 2l y 5l. Y aunque gran parte de la producción se vende y distribuye en la comarca, también ha empezado a encontrar un interesante nicho de mercado fuera de nuestros límites provinciales, de hecho en el momento en que se lleva a cabo esta entrevista Francisco está preparando varios palets de aceite para Almería y Alicante, pero también ha conseguido tener presencia en algunos supermercados de Murcia, Extremadura y la zona de Levante.
Gracias a la venta online, tanto a través de su web. –“implantada desde hace poco más de un año, junto a otras plataformas e-commerce, “han sido claves en nuestra expansión y posicionamiento” y les ha permitido alcanzar nuevos clientes en Madrid, Barcelona, País Vasco o Asturias. Además han empezado a introducir sus AOVES en países como Francia, Bélgica, Alemania, Estonia, República Checa, Ecuador y Japón, donde han llegado a acuerdos con empresas distribuidoras, unido a acciones puntuales con particulares, –“en muchas ocasiones son familias que han estado en la comarca de vacaciones y han probado nuestros aceites y compran desde sus países de origen”.Mercados clave: proximidad y Europa“El objetivo de nuestra cooperativa no es reventar el mercado”, –continúa Francisco, es dar el valor justo a nuestro producto y estar presente en aquellas localizaciones que exigen un cierto nivel de calidad como el que ofrecemos en Aceite de Arenas. Por ello, las metas a corto plazo de esta fábrica pasan por dos líneas clave: una mayor implantación de sus productos en las tiendas de proximidad, además de las que ya disponen en Vélez Málaga y la comarca, y la expansión e implantación en Europa.
Asimismo, Francisco nos confiesa que a medio plazo tienen en perspectiva un proyecto muy especial y con mucho gusto: abrir un espacio en la cooperativa destinado a vender solo productos Sabor a Málaga. “Una idea en la que aún no estamos trabajando a pleno rendimiento, pero que esperamos podamos hacerla realidad. Un planteamiento que les permitirá seguir generando sinergias entre familias, empresas y turismo para mejorar y fomentar la economía de la zona.
Entre estos proyectos y estrategias para reactivar la riqueza del pueblo y sus paisanos también se encuentra el volver a recuperar las rutas turísticas de oleoturismo, así como las catas y maridajes, una actividad que ya llevaban a cabo antes de que la pandemia del Covid-19 “nos pillase a todos por sorpresa”.Olivos en pendienteY es que Arenas ubicada en el centro de la Axarquía, entre las sierras de Tejeda y Almijara y el Castillo de Bentomiz, es un pueblo de 1.170 habitantes que se asienta sobre un “escarpado terreno lleno de balates” donde las plantaciones de olivos –uno de los cultivos de secano por excelencia en la comarca junto a la vid y el almendro– se sustentan en pendientes esperando cada año que la mano del “hombre”, con la ayuda de una vara “y a lo sumo un vibro”, golpee sus ramas para que las aceitunas no rueden más allá de los lienzos y mantos, en definitiva, una recolección que aún se sigue haciendo de forma tradicional.
Familias apegadas a la tierra que saben lo que es portar sacos al hombro para sacarlos al camino, donde antes mulas y ahora vehículos permiten sacar el fruto de su trabajo. Familias enteras que cuidan de sus olivos apuntados sobre un terreno donde se trazan centenares de humildes parcelas. Un terreno “capricho de la naturaleza y que por voluntad del hombre” no se puede industrializar. Aun así, la tierra y estos pequeños labriegos han llegado al acuerdo para seguir haciendo aquello que mejor saben hacer: brindar un magnífico AOVE, como es el Aceite de Arenas.
Gastronomía y turismo
Y es que unir esfuerzos para lograr un futuro más halagüeño conlleva, en cualquier caso, una recompensa, y qué mejor estímulo para que las fuerzas no flaqueen en esta hazaña que un buen plato de comida típico de Arenas, como el que nos sugiere Francisco, carne en salsa de almendras. Un delicioso manjar al que se le unen muchas otras recetas de la zona como chivo frito, conejo mechado, además del característico potaje de "cavaores" con garbanzos y arroz, migas con aceitunas y arenques, –siempre mejor regados con un vasito de vino del terreno– y para rematar cualquiera de sus sabrosos postres y dulces, entre los que destacamos los roscos de huevo y los borrachuelos, para cuyas elaboraciones es imprescindible usar un buen AOVE, como el Aceite de Arenas, “la joya de nuestra gastronomía”.
Sin lugar a dudas, Arenas posee un aroma y sabor muy singulares, permitiendo el disfrute y el regocijo de todo aquel que se anima a recorrer sus empinadas calles, en cuyo paseo hallará obras de gran encanto y envergadura como las legadas por nuestros ancestros, siendo la Parroquia de Santa Catalina Mártir, de estilo mudéjar y el antiguo alminar de época musulmana, emplazados en el núcleo urbano, además de las famosas ruinas del Castillo de Bentomiz que se alzan frente a Arenas, ejemplos de su riqueza más popular y matices diferenciadores con mucho Sabor a Málaga.