Aceitunas y encurtidos Almario y sus Aloreñas D.O. “partías y aliñás”, una apuesta por los sabores de ayer y de hoy
Aceitunas y encurtidos Almario es una pequeña empresa familiar ubicada en el término municipal de Ronda, capital de la comarca malagueña de la Serranía de Ronda, dedicada a la producción artesanal, envasado y comercialización de aceitunas aliñadas, así como a la preparación y encurtidos de diferentes tipos de verduras y leguminosas, confiriendo a todas sus elaboraciones el haber más tradicional y ofreciendo a sus clientes una amplia gama de productos con la máxima calidad y extraordinario sabor.
Entre esta gran variedad encontramos la aceituna Gordal Morada sajada, aceitunas rellenas de almendra o pimiento rojo, aceituna deshuesada al Mojo Picón, así como el encurtido de pepinillos, coliflor o altramuces. Sin embargo, son sus aceitunas Aloreñas, la primera aceituna de mesa con Denominación de Origen de España, su producto estrella, unas aceitunas de la variedad manzanilla Aloreña que partidas y aliñadas de forma totalmente artesanal y natural con tomillo, hinojo, pimiento rojo, ajo y sal, realzan el exquisito sabor y dulce textura de este noble fruto procedente de los olivares de la provincia. Una aceituna “partía” Aloreña, que como bien nos matiza el fundador de esta compañía, es el “pata negra” de las aceitunas de aderezo, defendiendo el sabor de ayer y de hoy de una auténtica aceituna con D.O.P.
“Mi 4 latas”
José Manuel González Almario es el propietario de Aceitunas y encurtidos Almario, un hombre dinámico y audaz que lleva más de cuarenta años en la profesión y que tras mucho “ensayo y error” se decantó por centrarse en aquello que más le reconfortaba: la venta directa al cliente. Nos cuenta que pertenecía a una familia humilde y ya desde muy pequeño observó que la “compra – venta”, generaba mayores ingresos que otros oficios y así se lo hacía saber a su madre. “Cuando tuve que cumplir con el servicio militar, me tocó irme a Madrid y ya entonces vi la oportunidad de salir del pueblo y encontrar nuevos horizontes”. Sin embargo, aquellos 14 meses fueron para José Manuel además de un gran aprendizaje, bastante reveladores. Descubrió la añoranza a su tierra y a sus gentes y el azar o la casualidad lo retornaron a Ronda.
El primer contacto con la compra-venta de aceitunas fue gracias a su hermano, “quien por aquel entonces estaba saliendo con la hija de Aceitunas Fernández, así que con tan solo 19 años me animé a trabajar con ellos en este sector, lo que supuso que en un año le hiciese 120.000 kilómetros a mi ‘4 latas’, una furgoneta Renault 4 que fue un gran compañero de viaje y con el que descubrí la intensidad de este oficio”.
Cuestión de gustos
Poco después, a principios de 1980, José Manuel emprendió el negocio familiar totalmente por cuenta propia, vendiendo y comprando aceitunas aliñadas y encurtidos y conformando una gran cartera de clientes. Trabajó con diversas cooperativas que procesaban la materia prima que José Manuel adquiría, pero finalmente, “hace algo más de veinte años”, decidió montar su propia fábrica y establecer una sociedad limitada. En ella, además de producir las aceitunas Aloreñas partidas y aliñadas, fue poco a poco incorporando nuevos productos y elaboraciones, creando aderezos y condimentos que sorprendiesen y se adaptasen a los gustos de los clientes, “gustos que han cambiado mucho en todos estos años –matiza José Manuel–, siendo nuestras instalaciones el punto de partida de las primeras pruebas de aliño Mojo Picón”. Un emprendimiento que generó numerosos puestos de trabajo y un proyecto empresarial que le permitió, en 2006, ser elegida como una de las empresas andaluzas destacables por su labor en la responsabilidad social corporativa, mediante el Proyecto Cultural Biosostenible.
Durante todos estos años, Aceitunas y Encurtidos Almario continuó expandiéndose, llegando incluso a tener un equipo de representantes por toda España que le permitió servir sus productos a numerosos distribuidores y a grandes cadenas de supermercados nacionales, “además de alcanzar distintas zonas de Portugal y Francia”. Un gran mercado al que destinaba el 80% de su producción, defendiendo, en todo momento, el gran valor de la aceituna Aloreña y convirtiéndose en parte integrante del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Aceituna Aloreña de Málaga en 2013
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Tres sabores
Especialidades
A día de hoy, Aceitunas y Encurtidos Almario procesa y adereza en torno a 300.000 kilos de aceitunas al año, fundamentalmente de la variedad Aloreña con D.O., seguida de la variedad Verdial, Ocal, Gordal, Hojiblanca y Manzanilla Fina, siendo algunas de sus especialidades, además de la tradicional Aloreña partida y aliñada de forma natural, la preparación de aceitunas con sabor Mojo Picón, la Chupadedos, las aceitunas rellenas de ajos, almendra, pepinillos y guindillas, así como las aceitunas Manzanilla deshuesadas sabor anchoa. Junto a esta línea enfocada a la oliva, también encurte otros productos vegetales como pepinillos, altramuces, ajos, cebollitas, coliflor y banderillas, alcanzando, entre ambas líneas, unas 30 variedades de productos diferentes que se envasan en diversos formatos, tanto en tarros de cristal como en garrafas de PET y para ello, Almario cumple con un protocolo sanitario y un riguroso control de calidad –de entrada y salida sin cruce– que abarca cada uno de los procesos, desde la línea de entrada de la materia prima a la fábrica y su inmediata limpieza, clasificación, transformación hasta proceder a su correcto envasado y precintado.
Con respecto a su comercialización, Juan Manuel nos indica que esta faceta ha variado sustancialmente en los últimos años. Amparado por una flota de 14 vehículos, de los cuales seis son coches de reparto propios, entre el 75% y 80% de la producción se queda en la provincia, cubriéndose principalmente mediante la venta directa en los distintos mercados locales implantados por toda la costa, desde Málaga hasta Algeciras, ferias de muestras, así como a través de una red comercial con vendedores propios y autónomos que llegan a pequeños comercios de alimentación y restauración. Mientras que el porcentaje restante (20%-25%) es suministrado por grandes empresas distribuidoras quienes atienden esencialmente a clientes de Andalucía y en menor medida a otros puntos de la península.
Un gran equipo
En el día a día, José Manuel es acompañado en su empresa por un “especial y admirable” equipo humano formado por unas 15 personas, entre los que se encuentran también “mi esposa, María José Agüera, y mis dos hijos, quienes siempre me han apoyado para llevar a cabo este proyecto y que también están volcados en la venta ambulante, pues todos disponen de la pertinente licencia para dicha actividad”. Sostiene que, aunque es una ardua labor –pues se levanta sobre las 4:30 de la mañana y regresa a casa, como muy pronto, a las 7 de la tarde– “es una esclavitud voluntaria, uno de los grandes atractivos de ser autónomo” –sentencia entre risas.
Novedades
José Manuel nos dice que la Covid-19 ha provocado una gran fisura en la facturación de 2020, generando una reorientación en la estrategia empresarial y “sobre todo, controlando gastos”. Tuvieron que cerrar la tienda que tenían en la calle La Bola, una de las principales vías de Ronda, “pues gran parte de la actividad económica de este municipio está basada en el sector servicios y la ausencia de turistas se ha notado sobremanera”. Pero estos hechos han permitido que nos sentamos a redefinir nuevas líneas de desarrollo, y ejemplo de ellas, es el reciente lanzamiento de su tienda online que irá en coordinación con una mayor labor de promoción y comunicación que se acometerá a través de las redes sociales. Asimismo, otro de los proyectos que verá pronto la luz es la presentación de una gama de patés de oliva con tres variantes, de estilo suave, con aliño y picante, que esperan tengan una gran aceptación.
Adheridos a Sabor a Málaga desde abril de 2016, el dueño de Aceitunas y Encurtidos Almario explica que la marca de la Diputación provincial ha sido siempre un gran escaparate para su empresa y ha procurado participar en todas las ferias y actividades que han organizado. “Algunas son más lucrativas que otras, de eso no cabe duda, pero no se puede medir solo por lo que ha entrado al bolsillo ese día, hay que ir más allá y entender estas acciones como una oportunidad que puede generar futuros clientes”, declara.
En continuo aprendizaje
A lo largo de todos estos años, José Manuel afirma haber vivido decenas de acontecimientos que le han hecho ser consciente de un continuo aprendizaje empresarial y personal, lo que significa gestionar una empresa, hacer negocios y las peculiaridades del ser humano. Un camino en el que destacan singulares momentos, como los disfrutados descubriendo nuevos aliños y productos con los que agradar a sus clientes, “aunque primero me tiene que gustar a mí, porque si no me gusta no lo vendo”. También relata la satisfacción que le produjo ver en el metro de Madrid a un joven que portaba una de sus garrafas de aceitunas; el haber tenido la oportunidad de abrir una tienda especializada en el centro de su pueblo; el asistir a numerosos mercadillos donde valorar el trato más cercano y personal con los consumidores y el entablar nuevas relaciones y acuerdos a través de muy distintos eventos y ferias temáticas, siendo organizador y precursor de actividades como “Ronda Romántica” y llegando incluso a ser fundador de la Asociación Meta-Andalucía.
Junto a esta bondadosa relación de anécdotas, también nos describe otros hechos menos complacientes, como cuando le engañaron con el timo del Nazareno. “Fue hace unos quince años –declara– cuando recibí una llamada de una empresa que deseaba hacerme un pedido bastante grande. Una correcta organización logística, coordinación y señalización me permitió hacer la descarga de madrugada en un polígono de un pueblo de Valencia sin sospechar nada extraño. Sin embargo, cuando fui a cobrar, la empresa había desaparecido. Evidentemente no me di por vencido e indagué hasta la raíz, lo que supuso que contratase a un traductor y me adentrase, en un país bastante peculiar y lejano, a buscar al responsable. Aunque conseguí traerme la práctica totalidad del dinero que habían pretendido estafarme, así que después de todo, lo consideré un triunfo”, –matiza. Un cúmulo de errores y algunos aciertos que me han hecho ver que soy feliz con lo que hago”.
El receso
Y es que José Manuel es un empresario forjado a base de esfuerzo y tesón. Un hombre que siempre tuvo claro que el verdadero valor se encontraba en su tierra y que tras recorrer un largo y arduo camino ha visto cumplido su deseo de dedicarse a “comprar y vender”. A sus 59 años, asevera sentirse satisfecho con lo que ha conseguido, le gusta ver en sus hijos, Mª José (27) y José Manuel (23), el relevo generacional, “aunque mi hijo se ha titulado como profesor de equitación y quizá tome su propio camino”–confiesa entre apenado y orgulloso. Le satisface ver prosperar a sus paisanos y se involucra de corazón en todas las actividades que le proponen y que sabe que puede acometer, desde unas jornadas formativas o charlas de orientación hasta la organización de ferias gastronómicas, de ganado o de artes y costumbres populares.
Es momento pues, después de tantos años de afanosa labor, de hacer un receso para tomar impulso antes de continuar en “la gran senda” trazada por la familia Almario, tomando un aperitivo muy de la tierra, algo muy nuestro y con mucho sabor a Málaga, como es una copa de los singulares y magníficos vinos rondeños, un sobresaliente plato de jamón y queso de la comarca, sin olvidar, claro está, unas exquisitas y auténticas aceitunas Aloreñas partidas y aliñadas de Almario. Una escena que te invitamos a degustar frente a las admirables y sobrecogedoras vistas del Tajo de Ronda.