Gotas de oro andaluzas: la miel de Málaga
Sabías que...
“En cada colmena viven entre 30.000 y 60.000 abejas, pero una abeja produce únicamente 1/2 cucharada de miel a lo largo de su vida ”
En la provincia de Málaga existe una importante producción de mieles de abeja. Prácticamente en cada comarca existen empresas dedicadas a este sector apícola, aunque destaca especialmente el caso de Colmenar, que cuenta incluso con un Museo de la Miel.
Además de las mieles de milflores, también se elaboran otras que son monovarietales, como las de aguacate, romero, tomillo, azahar, castaño o del bosque, entre otras.
Origen
Las abejas han estado produciendo la miel más de 10 millones de años. El primer registro documentado que relaciona la humanidad con la miel es una pintura en la Cova de L’Aranya, en Bicorp, Valencia, de hace unos 9000 años, época en la que los humanos se conformaban en pequeños grupos de personas con un estilo de vida nómada, buscando los recursos de cada época.
Tiempo después, con la cultura romana, hegemónica en toda la cuenca del Mediterráneo, los romanos copiaron muchas cosas de la cultura griega clásica, a quienes admiraban profundamente, y entre ellas el arte de la apicultura y los usos de la miel.
Se ha encontrado miel en las excavaciones en Egipto y se ha conservado hasta la actualidad, durante miles de años, con todas sus propiedades gustativas. La miel de abejas se usó en la antigua Grecia y Egipto para embalsamar a sus muertos y los sacerdotes del antiguo Egipto utilizaban el propóleo para embalsamar las momias de los faraones.
Propiedades
La miel es un alimento producido por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores y otras materias azucaradas que recogen de las plantas, las transforman, enriquecen y las depositan en las celdillas de los panales de cera. Es energético por su contenido en azucares simples, que son asimiladas rápidamente por el organismo, contribuyendo al mantenimiento del esqueleto (calcio) y a la regeneración de la sangre (hierro).
La miel de abejas contiene propiedades antibióticas, siendo el veneno de abeja 500.000 veces más fuerte que cualquier antibiótico conocido. Asimismo, posee cualidades antisépticas, como bactericida y cicatrizantes, reconociéndose su eficacia para tratar quemaduras, llagas y heridas. Su actividad antianémica, es muy notable por el aumento de la hemoglobina en la sangre. Facilita las funciones digestivas y respiratorias. Tiene efectos diuréticos y sedativos. Popularmente se conocen sus efectos curativos de la tos, bronquitis, catarros, etc., así como contra el reumatismo y estreñimiento.
Cada variedad de miel tiene unas propiedades especificas, pero hay que destacarla según su origen botánico. En la miel hay 181 sustancias diferentes, su principal aporte son los hidratos de carbono, aunque también contiene prótidos, lípidos, sales fósforo, hierro, potasio, calcio y vitaminas (A, E, C, B6 y B12). Es un producto complejo, rico en azucares, vitaminas minerales y encimas (sustancias de naturaleza proteica que actúan en procesos vitales).
La composición, el aspecto, el sabor, el color, etc. varían mucho dependiendo de las flores que proviene, de su origen y su valor energético y su fácil digestión son vitales para la actividad física o mental, por su fácil asimilación.
Usos culinarios
Para los griegos la miel era un producto importantísimo en su dieta, tenían multitud de platos y bebidas en los que la incorporaban, y según su mitología era un alimento preferido por sus dioses.
La Roma Imperial también se deleitaba con un plato hecho de ratones cocidos a la miel, acompañado de una sabrosa mezcla de sesos de pavo real y lenguas de flamencos.
Es indudable que la miel ha sido y es un ingrediente indispensable de la gastronomía de nuestra región y actualmente sus usos culinarios son innumerables, propiciando platos realmente exquisitos. La miel sirve para aderezar y marinar todo tipo de carnes, para aliñar ensaladas, una gran estrella en repostería -entre los que podemos destacar especiales delicias malagueñas como los borrachuelos y pestiños, las gachas dulces con miel, los roscos de miel o un estupendo postre realizado con queso de cabra malagueña, acompañado de nueces y miel-, sin olvidar los cremosos y refrescantes helados. También sirven para endulzar bebidas y nos sorprenden sus usos para crear cócteles atrevidos y sabrosos.
Curiosidades sobre las abejas
Las abejas danzan para comunicar la dirección y la distancia de flores, siendo la velocidad promedio de su vuelo de de 25 km/h.
La abeja reina puede llegar a poner tres mil huevos en un día.
En la colmena hay abejas que producen la jalea real para alimentar a las larvas y a la reina. Mientras una larva, que va dar origen a una obrera, recibe aproximadamente 140 visitas diarias de obreras que la alimentan, una larva que dará origen a una reina, la atienden aproximadamente 1.600 veces al día.
Las abejas obreras viven de 4 a 8 semanas. Por su parte, los zánganos no tienen ningún aguijón, fecundan a la abeja reina, producen calor y reparten el néctar, mientras que las abejas de la miel que beben néctar fermentado tienen más accidente de vuelo, mueren más jóvenes y a menudo sufren el rechazo de sus compañeras de colmena.
Las abejas poseen los órganos del olfato en las antenas, y en su superficie un número de 500.000 poros olfativos. Asimismo, posee 5 ojos, dos compuestos y tres simples, los primeros para observar los objetos apartados y los segundos para observar objetos próximos hasta 1 o 2 cm.
Las abejas distinguen el color azul, amarillo y blanco. No ven el rojo y confunden el verde con el amarillo y el azul, pero la abeja tiene un tipo de pelo en sus ojos y puede ver la luz ultravioleta.
La ciencia moderna dice que es aerodinámicamente imposible que las abejas puedan volar.