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Granja Navas, y su decidida apuesta por los huevos camperos blancos que recuperan el genuino sabor y calidad de antaño

Granja Navas, y su decidida apuesta por los huevos camperos blancos que recuperan el genuino sabor y calidad de antaño

Granja Navas es una pequeña explotación avícola ubicada en Serrato, dedicada a la producción, en exclusiva, de huevos blancos.

Granja Navas es una pequeña explotación avícola ubicada en la localidad malagueña de Serrato, en la comarca del Guadalteba y perteneciente a la Serranía de Ronda, y entre cuyas fértiles tierras se asienta una de las pocas granjas de gallinas camperas de toda Andalucía dedicada a la producción, en exclusiva, de huevos blancos.Una empresa que, aunque constituida en 2015, ha supuesto años de estudio e investigación por parte de su fundador, Antonio Navas Gallego, quien tras retornar a su pueblo natal y emprender varios negocios en el medio rural, decide finalmente implantar una granja cuya misión principal estaría centrada en devolver a sus gentes el “auténtico y genuino sabor de los huevos camperos de antaño”. Un cometido que ha sido posible gracias al empeño y constancia de Antonio y a su certidumbre de que una muy particular tipología de ave, una rica y variada alimentación y el hecho de que las gallinas estén criadas en libertad y sin estrés, son las claves fundamentales para obtener de ellas huevos camperos de la mejor calidad, de excelentes propiedades nutritivas y con un sabor muy diferenciador.El propietario de la granja, Antonio NavasPara ponernos en antecedentes y de cómo surge la idea de montar una granja en la que solo se produce huevos camperos blancos, es el propio Antonio Navas quien nos narra varios fragmentos de su vida, poniendo de manifiesto no solo su inquietud por emprender, sino también la dilatada trayectoria profesional y empresarial que le respalda. “Desde pequeño siempre andaba inventando” –afirma con una comedida, pero sonora sonrisilla–, un carácter que alentó a sus padres, con apenas recursos, a mandarle a estudiar a la capital. Ya en Málaga, Antonio estudió electricista montador en la antigua Escuela Francisco Franco –hoy día IES La Rosaleda– y aunque asegura que sacaba unas excelentes notas, “no era el primero de la clase, aunque puede que fuese el segundo o el tercero, y no lo digo por presumir”.

 Pragmático

Con 17 años y poco antes de tomar la decisión de si debía proseguir sus estudios, Antonio señala con especial atención cómo la visita a la escuela de unos orientadores, quienes llegaron con el fin de darles una charla sobre las salidas profesionales en aquellos momentos, marcó en cierto modo su destino. “Recuerdo perfectamente cómo uno de aquellos orientadores les comentó que solo un escaso porcentaje de alumnos lograban superar con éxito una carrera, porcentaje que se reducía especialmente en ingeniería técnica industrial, lo que antes se conocía como perito y en la que yo estaba interesado”. Aquello desmotivó por completo a Antonio, quien vio lejano e imposible su futuro en aquel campo, “así que opté por ser algo más pragmático y con tan solo 18 años monté mi primera empresa dedicada a la venta de horquillas para el pelo, llegando a ganar 40.000 pesetas diarias (unos 240 €) y coordinando hasta a ocho vendedores que me cubrían el mercado de toda Andalucía”. Pero pronto llegaron los impagos y con una deuda de un millón de las antiguas pesetas, Antonio se vio obligado buscar una alternativa para hacer frente a ella.De Serrato, Suiza y CataluñaEn 1978, Antonio Navas, y como hicieran muchos de nuestros paisanos en aquella época, deja atrás su tierra y se encamina a Suiza donde encuentra trabajo en los sectores de la construcción y la hostelería, “lo que fuese con tal de ahorrar y poder pagar las deudas”. Después de casi un año en el extranjero se dirige a Cataluña, donde uno de sus tíos trabajaba como transportista y guiado por él y deslumbrado por una floreciente industrial textil decide nuevamente emprender, abriendo en 1983 y en Mataró su primera empresa relacionada con la compra venta de tejidos y prendas de vestir, a la que le siguió una segunda de la misma rama, siendo sus productos estrellas “las camisetas y chándales”.  Ya a finales de los noventa y “tras el nacimiento de mi hija”, Antonio decide dejar atrás Cataluña y regresar a Málaga, testando entonces su capacidad empresarial en un sector completamente diferente: el pequeño electrodoméstico. Abre entonces ‘Electro Ofertón Navas’, implantando una nave de 3.000 m2 frente al aeropuerto de Málaga, un negocio que en al año 2000 derivó en otra tienda de electrodomésticos y que mantuvo hasta 2005.Redescubriendo la vida en el pueblo

Antonio confiesa que ya en el año 2000 decidió volver a vivir en su pueblo, Serrato, una localidad de poco más de 400 habitantes y que le permitía desconectar del ajetreo de los negocios, llevar una vida sencilla, “pero que a su vez albergaba muchas oportunidades para una mente inquieta como la mía”. Así que empezó a investigar sobre su orografía, su climatología y las posibilidades de emprendimiento rural, “buscando el modo de devolver a mi tierra parte de lo que le habíamos privado durante años de éxodo rural”. Siguiendo su línea de emprendimiento, Antonio llegó incluso a crear una cooperativa de casas rurales y con el tiempo, fue redescubriendo las ventajas y el encanto de la naturaleza y la vida en el campo, cultivando con paciencia algunas pequeñas hortalizas y frutos, además de criar en libertad algunas gallinas, las cuales le proporcionaban uno de los más ricos y fundamentales alimentos de nuestra dieta mediterránea: el huevo.

En su deseo de conocer un poco más sobre las gallinas ponedoras, “me documenté sobre las distintas variedades existentes, sus características y su capacidad de adaptación al terreno donde vivía. Averigüé que sobre el año 1700 llegó a la península una raza de pollo originaria de Italia, concretamente de Livorno, de la zona de la Toscana, y que poco tiempo después se mezcló con las gallinas de Jerez. Las gallinas de esta raza se caracterizaban por ser un ave salvaje más bien ligera, de color blanco y con una espectacular cola abierta en abanico que ponía huevos con cáscara de color blanco”.

Así que tras aquel primer estudio Antonio empezó a animarse y a vislumbrar una nueva forma de emprendimiento, y en 2013 se decantó por comprar 200 gallinas de la variedad Leghorn, aquella raza que tanta curiosidad e interés le había causado. “Esta gallina ponedora es de pequeño tamaño –unos 2 kilos de peso–, anda mucho y por tanto se alimenta de todo lo que encuentra en su entorno, picotea todo tipo de hierbas y bichitos, lo que repercute en el bienestar del animal y en la calidad de los huevos que pone. Además, el hecho de que la cáscara de los huevos sea de color blanco, permite al consumidor diferenciarlo de aquellas gallinas ponedoras que se crían en jaulas” –precisa el impulsor de la idea.

Pioneras en AndalucíaDurante dos años, Antonio las observó, estudió su comportamiento, su alimentación y su adaptación al clima de la Serranía, hasta que finalmente, en diciembre de 2015 se aventura con una explotación avícola de mayor magnitud, un meditado proyecto que logró erigirse como una de las primeras granjas de Andalucía dedicadas a la producción íntegra de huevos camperos blancos.

Actualmente, Granja Navas, asentada en una finca de 35.000 m2, cuenta con 2.400 gallinas camperas de la citada variedad Leghorn, las cuales pastan libremente por el campo en un espacio cercado de 10.000 m2. Asimismo, en la finca se ubica una nave climatizada de 400 m2 que, dividida en dos lotes para evitar que las enfermedades se propaguen y abastecida con luz solar para su óptimo funcionamiento, permite a las gallinas resguardarse, descansar, complementar su alimentación y poner tranquilamente sus característicos huevos blancos, “incluso he fabricado una caja tipo casita, con su tejado y todo, para que el huevo no sufra al caer”–añade Antonio.

“Una buena vida, sin estrés”Una infraestructura pensada para lograr que el animal sea feliz, tenga “una buena vida, sin estrés”, repercutiendo ello en la calidad del huevo. “Solo de este modo podemos conseguir que nuestras gallinas pongan huevos con el color y el sabor de los de antaño, disfrutando de un producto con todas las garantías”. Para Antonio Navas, la clave para obtener un huevo campero con un sabor, color y propiedades nutricionales excepcionales, como los que ofrece Granja Navas –también conocida como Huevos La Serrateña–, radica en la calidad de vida del animal. Sus gallinas “se crían despacio, adaptándose a su propia naturaleza, y esto conlleva a que el huevo se haga solo, en las condiciones más favorables y sin necesidad de forzar situaciones”.

Antonio nos cuenta también que aunque Granja Navas nació tras un minucioso y cuidado análisis de cada uno de los factores necesarios para su desarrollo, durante estos años no ha sido ajena a ciertos factores imprevistos, teniendo que afrontar acontecimientos inevitables, marcados fundamentalmente por cuestiones climatológicas. “Hace un par de años sufrimos una ola de calor repentino que elevó la temperatura hasta alcanzar los 47º, hecho que supuso el fallecimiento de más de 350 gallinas en un solo día”.

Por ello, durante todos estos años, y desde que Antonio iniciara su proyecto, en Granja Navas se ha tenido especial cuidado con cada aspecto para lograr las mejores condiciones para el animal y los más óptimos beneficios para el consumidor. “Las gallinas cuentan con luz natural en la nave para que se adapten al medio sin sufrir cambios radicales entre el campeo y la zona destinada al descanso”. Diariamente, y con la ayuda de un chico, van a visitarlas para controlar su bienestar, asegurándose de que los bebederos y comederos estén en el nivel adecuado y estén limpios, al igual que la zona donde duermen y hacen la puesta. “A pesar de que la mayor parte de lo que comen lo obtienen del campo, le solemos procurar una alimentación adicional –hay que tener en cuenta que una sola gallina consume de media diaria unos 140 gr. de pienso y 15 ml. de agua–, estando basado dicho sustento extra en un pienso compuesto por cinco tipos de cereales distintos, especialmente seleccionados para aportar un mayor nivel de nutrientes que redunden en su salud y por ende en las propiedades nutricionales del huevo que producen”.2.000 huevos diariosAntonio continúa explicándonos que cada día pueden llegar a recoger unos 2.000 huevos, “en torno a un 20% menos que el total de aves”, aunque también reconoce que durante la primavera las gallinas suelen hacer más puestas. En Granja Navas las labores cotidianas de cuidado del animal hasta llegar al empaquetado son eminentemente manuales, “salvo alguna asistencia mecánica básica en los comedores o bebederos –alega Antonio.

Los huevos que son recogidos a diario, y que “no deben lavarse”, –siguiendo las recomendaciones de Antonio, ya que los gérmenes pueden introducirse en el interior a través del agua– pasan rápidamente a la zona de envasado, para lo cual “disponemos de una amplia mesa de trabajo, donde los huevos camperos frescos y del día son estuchados en formato de una docena o en un cartón de 30 huevos, pasando finalmente al área de etiquetado, una tarea controlada por ordenador y en la que se marca la fecha preferente de consumo” –28 días desde la puesta–.

Un preciso registro de todos los parámetros indispensables con objeto de cumplir con los más rigurosos controles de calidad, de modo que los huevos blancos camperos y del día de Granja Navas lleguen al mercado consumidor con todas las garantías. Un aval que se sustenta igualmente con las inspecciones oficiales reglamentarias, “unas cinco al año”.

La comercialización y distribución de estos exquisitos huevos frescos camperos la realiza el propio Antonio con una furgoneta de reparto. Aunque la mayoría de sus clientes están localizados en su pueblo –Serrato–, también suministra a muchos municipios de alrededor: Cuevas del Becerro, Setenil, Montejaque, Benaoján e incluso Ronda y atiende tanto pedidos de particulares como de comercios de alimentación y establecimientos del sector hostelero, un gremio que como todos sabemos y asevera igualmente Antonio “ha sido uno de los más castigados por la pandemia del coronavirus de 2020, repercutiendo inevitablemente en todos los sectores productivos”.Producción eficiente y segura“Ante ello, y aunque ya hemos pasado buena parte de 2021 y 2022 , superando el día a día y siempre pendientes de las cifras de contagios y de nuevas medidas  sanitarias, no tenemos más remedio que intentar mantenernos y buscar el modo de avanzar, y en mi caso, mi objetivo a corto plazo está en mejorar aquellos procesos que nos permitan producir de forma más eficiente y segura, así como de buscar nuevos canales de comercialización”.

Antonio, subraya que hace unos meses compró una envasadora en vacío que le ha permitido mejorar los tiempos de este proceso, “ahora puedo empaquetar dos docenas a la vez en tan solo 3 segundos, mientras que antes tardaba 40 segundos en empaquetar una sola docena”. También nos explica que con objeto de mejorar sus puntos de venta, intentó poner en marcha una plataforma de venta online con la que llegó a mandar su producto a distintos lugares de España, pero que el porcentaje de rotura era demasiado alto –cercano al 1%– así que desde entonces se enfocó en potenciar la atención al cliente de cercanía, dando a conocer las excelencias de la tierra y sus productos.

https://www.youtube.com/watch?v=dVAw6BzAAnAKilómetro CeroEn este empeño por promocionar el valor de unas gallinas criadas en libertad y las cualidades y propiedades de un completo y nutritivo alimento como es el huevo campero producido en esta zona de la Serranía malagueña, Antonio Navas tuvo claro que debía estar en Sabor a Málaga, la marca promocional de la Diputación provincial, y a la que pertenece desde septiembre de 2016, y aunque confiesa que no ha podido asistir, “por falta de tiempo”, a las numerosas ferias de muestras y mercados que organiza este sello que representa al sector agroalimentario y al de la restauración de la provincia, sí considera muy significativa la labor acometida desde la institución supramunicipal y la unidad responsable, apoyando y fomentando el consumo de los productos de kilómetro Cero. “¿Quién no conoce la Gran Feria Sabor a Málaga que cada año se celebra en el Paseo del Parque o los distintos mercados comarcales como el de Torremolinos, Antequera o Nerja? Si no fuera por estas iniciativas, así como otras actividades formativas e incluso conferencias, habría muchas empresas y pequeños productores que no hubiéramos tenido la oportunidad de mantenernos y ni siquiera tener crecer. Además, yo he notado como la marca Sabor a Málaga va dejando huella en todos nosotros, de hecho cuando llego a un comercio a dejar las cajas de huevos veo cómo los clientes se fijan y preguntan si son de Sabor a Málaga”.BeneficiosCon el ánimo de inculcar este espíritu por el consumo del producto de cercanía, brindar sus conocimientos sobre la crianza de gallinas en libertad y los beneficios para el ecosistema y la salud, Antonio ha venido organizando visitas guiadas y excursiones a su granja, dando la oportunidad, fundamentalmente a los pequeños que asisten a los colegios cercanos, de conocer el medio y condiciones en las que viven estas aves, así como las numerosas propiedades que posee el huevo campero.

En las charlas a estos jóvenes estudiantes, Antonio les cuenta que deben aprender a distinguir el huevo de granja de aquellos que proceden de gallinas criadas en libertad, para ello hay que prestar especial atención a los números marcados en la cáscara: “Si el primer dígito es el 3 indica que el huevo llega de una granja donde las gallinas están en jaulas; si el primer dígito es el 2, las gallinas viven en el suelo pero dentro de un recinto cerrado como puede ser una nave industrial y si el primer dígito es el 1, las gallinas son criadas al aire libre, son gallinas camperas, finalmente, si el primer digito es el 0, las gallinas también están al aire libre pero, además, cuentan con una alimentación ecológica”.

 

 

Súper alimentoY es que el huevo es un súper alimento de magníficas cualidades, nutritivo y esencial en nuestra alimentación. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura), el huevo es un alimento muy completo y una fuente de proteínas de calidad. En un huevo encontramos casi todos los nutrientes que el cuerpo necesita, vitamina A, D, E y B12, contiene minerales como el fósforo, calcio, zinc, hierro o yodo, contribuyendo al bienestar físico, mental e incluso muscular, reduciendo el riesgo de enfermedades y aportando gran energía. Unas propiedades que se suman a los beneficios que reporta, ya que es un alimento bajo en calorías (75 por unidad), ideal para aquellas dietas en la que se desea perder peso, y al contrario de lo que muchos piensan no aumenta el colesterol ni daña el hígado, por lo que se puede tomar hasta siete huevos a la semana.Delicias con huevoPero además, el huevo es un ingrediente básico y esencial en cualquier cocina siendo utilizado como abrillantador, emulsionante, coagulante, espesante, clarificante o espumeante, e imprescindible para elaborar miles de recetas y platos, desde muy distintos tipos de panes y postres, hasta cremas, sopas, pastas y bases para salsas como la mayonesa, el alioli o la salsa holandesa. Y es que a pesar de su sencillez, un huevo es capaz de brillar tanto en solitario, siendo claro ejemplo de ello un delicioso huevo frito, como de enaltecer y enriquecer otros ingredientes, creando exquisitas y deliciosas combinaciones que conquistan nuestro paladar y que configuran, con el tiempo, la extensa y variada cultura gastronómica que nos ampara.

Para Antonio, la gastronomía de Serrato da buena muestra de ello, donde los productos procedentes del campo, como los espárragos se mezclan de forma extraordinaria con el huevo, brindando como plato típico de esta localidad su famosa tortilla de espárragos, “pero si nos decantamos por los postres, que mejor opción que probar nuestros conocidos ‘guñuelos’ un dulce característico y distintivo de Serrato”.

Es indiscutible que el huevo es protagonista de muchas y variopintas recetas como “las verduras de temporada salteadas con unos ricos y jugosos huevos revueltos; la porra, acompañada con guarnición de huevo cocido picado; los huevos rellenos, cuyo proceder es tan diverso y original según la casa en la que los comas; nuestra autóctona y distinguida ensalada malagueña hasta la afamada tortilla de patatas (con o sin cebolla) o una buena sopita con un huevo estrellado, debiendo reconocer que a estas alturas y en el relato de tanto manjar, nuestras papilas gustativas ya van dando señales de que hoy, se hace perentorio comer huevo.

Así que cocido, frito, revuelto, escalfado, en tortilla o integrado en una masa, en un postre o en una salsa, disfrutar del sabor y calidad de un huevo fresco y campero como los que se producen en Granja Navas” es siempre un acierto. Una forma natural de comer rico, saludable y con el mejor sabor de Málaga.

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