Esta web utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar la visita, aunque en ningún caso se utilizan para recoger información de carácter personal.
Más información Política de cookies
El mollete malagueño tradicionalmente se ha asociado a la ciudad de Antequera. Es en la ciudad del Torcal donde aparece una referencia capitular de 1775 en la que se concede a Manuel Esbrí el permiso para fabricar este tipo de pan. En este documento también se establecía un límite de precio superior al pan normal, lo que indica que, desde sus orígenes, el mollete ha sido un pan de más valor que la barra tradicional. La expansión del mollete antequerano al resto de ciudades de nuestro país también está muy vinculada a la familia Paradas. Ellos han fabricado este pan durante generaciones y han propiciado su exportación a todos los rincones de la península.
El mollete se puede tomar como bocadillo con rellenos de lomo, zurrapa o manteca colorá
Aunque el mollete ha sido un pan que tradicionalmente ha acompañado a la cultura gastronómica andaluza, parece que su origen se remonta mucho más atrás. Algunos datos históricos apuntan a que el mollete puede ser una variedad del pan introducido por lo árabes en la península, aunque también hay quien lo relaciona con el pan ácimo de origen hebreo. El pan ácimo es un pan que se elabora sin levadura y tiene un aspecto fino y redondeado similar al de los molletes.