Venta La Chalaúra, una venta donde platos malagueños y recetas innovadoras defienden los productos de cercanía
Venta La Chalaúra es un negocio de restauración familiar ubicado en Benagalbón, en el término municipal de Rincón de la Victoria y perteneciente a la comarca de la Axarquía.Fundado en 2017, este establecimiento que se define como “una venta típica de pueblo a pie de carretera” nos brinda un espacio único donde las recetas más tradicionales y platos caseros “se codean” con la cocina más innovadora, buscando un objetivo común, defender ante todo los productos locales de temporada y de primera calidad, favoreciendo con ello una economía de mercado. Este modo de pensar y sentir “culinario y empresarial” se aprecia en las mesas de La Chalaúra, donde los comensales degustan con agrado y parsimonia desde uno de sus platos estrella, como es el gazpachuelo, hasta un jugoso chivo lechal malagueño, sin olvidar otras elaboraciones más creativas como el tataki de atún con base de guacamole, un plato en el que se procura incorporar uno de los frutos más populares que se cultivan en la zona. Platos “con un sabor de diez” que acompañados de grandes vinos de la tierra nos animan a hacer “un alto en el camino” con todo el sabor a Málaga.
Venta La Chalaúra nace del empuje de un inquieto y joven emprendedor que, tras diplomarse en Turismo, y con un mercado laboral algo revuelto, se adentra en el mundo del vino donde comienza una auténtica carrera profesional como comercial. Él es Juan José Moreno Rodríguez -Juanjo para quienes comparten su día a día- y quien nos relata su trayectoria hasta llegar a “La Chalaúra”. Durante cinco años estuvo completamente dedicado a las ventas junto a las bodegas Dimobe y posteriormente pasó a formar parte de la plantilla de un conocido restaurante que esta misma bodega poseía, donde transcurren cuatro años más, hasta que los dueños deciden cerrar el negocio.
“De vuelta a la casilla de salida”, Juanjo, quien se ha criado en el seno de una familia de trabajadores autónomos, “mis abuelos y mis padres montaron un pequeño supermercado y mi hermana también creó su propia empresa”-nos aclara-, le comenta a su esposa que desea aventurarse y abrir un bar por su cuenta. Es entonces cuando su mujer le dice: “a ver en qué chalaúra te vas a meter”. Fue aquella expresión, “repetida en varias conversaciones”, -nos matiza entre risas- las que terminaron por infundir el ánimo en Juanjo para seguir adelante con el proyecto que tenía en mente. “Rápidamente, busqué el nombre en la oficina de registro de patentes y marcas y ¡bingo!, el nombre no estaba cogido”. Evidentemente necesitaba encontrar una buena localización y “en Benagalbón había visto un lugar ideal” para implantar el tipo de negocio que deseaba, un espacio alejado de ruidos y agobios, pero a su vez de fácil acceso desde la autovía A-7, a tan solo 4 minutos de Rincón de la Victoria y a 15 de Málaga.
“Tras aquellos detalles, solo quedaba trabajar mucho y hacerlo bien”, nos confiesa. Juanjo comienza contratando a uno de los cocineros del restaurante en el que trabajaba y junto a él preparan una carta dando protagonismo a elaboraciones basadas en productos autóctonos y de temporada y dejando margen para mezclar tradición y modernidad. “Una carta que permitiera a los clientes poder disfrutar desde los típicos platos de los Montes de Málaga, a los guisos de cuchara de nuestros pueblos, así como de otras recetas más sofisticadas y atrevidas”. Configura así el menú diario y la carta de La Chalaúra, los cuales han ido cosechando un gran reconocimiento.
A día de hoy, la venta La Chalaúra se ha posicionado ampliamente tanto entre el público malagueño como entre los visitantes, conquistando su paladar y su corazón, fruto de su buen hacer culinario, donde predomina la comida casera elaborada a diario y en la que se apuesta por los productos de gran calidad de kilómetro cero o cercanía, además de ofrecer un servicio siempre atento y cordial. Según Juanjo, el éxito de sus platos tradicionales radica en que están elaborados igual que hace 40 años pues sus cocineros, todos ellos con una gran experiencia y “curtidos en guisos y cuchareo”, mantienen el sabor más auténtico. Ejemplo de ello son sus callos a la malagueña, la cazuela de fideos o su famoso gazpachuelo de rape y langostinos, - “que además de estar en carta, es un plato fijo en el menú de los miércoles”. Unos platos muy tradicionales, que se cocinan cada día y cuyos detalles se ultiman en el momento de servir en mesa para que “todo esté a pedir de boca”.
Productos “vecinos”
Juanjo sostiene que su trabajo en la bodega le permitió conocer la riqueza de nuestra provincia, no solo de los productos que se cultivan y fabrican aquí, sino también de “la calidad humana y el empeño que muchos pequeños productores familiares invierten en el día a día para hacer más próspera esta región”. Añade que, por convicción y sentimiento, en primer lugar, recurre a los productos de su vecino, “y más ahora que vivimos una época difícil donde tenemos que apoyarnos unos a otros”, -aludiendo a la pandemia del coronavirus.
Junto a muchos de los platos de su carta se puede apreciar el logotipo Sabor a Málaga, una distinción entregada por la Diputación provincial a aquellos establecimientos que apoyan y fomentan el consumo de los productos locales. Algunos de estos los encontramos en el apartado de entrantes, cuya representación corre a cargo de una apetitosa tabla de quesos de cabra de Málaga y, si echamos un vistazo a las carnes, hallaremos unas exquisitas chuletillas de chivo malagueño. Como nos refiere el mismo Juanjo, otros platos de “diez” muy típicos y muy solicitados por los clientes son la parrillada de verduras de temporada, las alcachofas frescas y las berenjenas con miel de caña, “todo ello adquirido a productores locales y de cercanía”. “Actualmente preparamos muchas recetas con productos que cuentan con el sello Sabor a Málaga, en las que puedes encontrar el peculiar salchichón o rulo de carne malagueño de Embutidos Peláez; el jugo de caña de azúcar de El Ingenio Nuestra Señora del Carmen; los frutos secos de Almendrera del Sur o los vinos de Dimobe y Málaga Virgen, entre otros”.
Creatividad, variedad y maridaje
No obstante, en esta venta también podemos degustar otros platos que procuran fusionar culturas, adaptando las recetas de fuera e incorporando productos típicos de la zona, como el aguacate o el mango, presentando originales y deliciosas creaciones culinarias, como el tataki de atún con base de guacamole o la ensalada tropical con vinagreta de mango. Otros platos que están alcanzando también una gran popularidad son sus carnes maduradas a la parrilla y que, maridadas con alguno de los magníficos caldos con denominación de origen Málaga y Sierras de Málaga que se elaboran en las bodegas cercanas, despiertan sensaciones muy apetitosas.
La venta La Chalaúra, donde actualmente trabajan nueve personas, dispone de unas amplias instalaciones de aproximadamente 300 m2, donde podemos observar un cálido salón con chimenea, “ideal durante el invierno”, además de dos terrazas al aire libre con unas magníficas vistas, estando una de ellas adaptada para que los clientes puedan llevar a sus mascotas.
Una nueva visión de eventos
Aunque la pandemia del coronavirus ha disminuido el número de eventos, Juanjo nos indica que han seguido celebrando y atendiendo comuniones, bodas y reuniones con grupos muy reducidos y cumpliendo las más estrictas medidas de seguridad y protocolo sanitario. Igualmente siguen sirviendo a pequeños grupos de turistas que, alojados en los hoteles de los alrededores, han contratado un paquete turístico que incluye excursiones o rutas por lugares emblemáticos y de interés como la Cueva del Tesoro, en La Cala del Moral; el Museo de la Pasa, en Almáchar; las bodegas de Antonio Muñoz Cabrera (Dimobe), en Moclinejo; “culminando dicha travesía en nuestro restaurante, donde degustan la comida típica de la tierra” expone.
Una nueva comunicación
Juanjo asegura que muchos nuevos clientes conocen el restaurante gracias a Internet y las redes sociales, cuyos perfiles en Facebook e Instagram gestiona él mismo, transmitiendo en ellas esos pequeños detalles que conforman su día a día, con una comunicación cercana, llana, personal y directa, lo que le ha permitido estar en muy buena sintonía con sus clientes. “En ellas publico el menú del día, realizo instantáneas de momentos entrañables en grata compañía -siempre con el permiso de los comensales-, procuro enseñar los deliciosos platos que salen de nuestras cocinas. En definitiva, una ventana a nuestra familia y una muestra de agradecimiento a nuestros seguidores y amigos. Aunque no somos profesionales, somos auténticos y constantes”, declara.
Apoyo mutuo
Cuando le preguntamos a Juanjo sobre sus objetivos a corto y medio plazo, rápidamente nos contesta que no tiene grandes ambiciones, “solo espero poder mantener a la plantilla actual durante todo el año, trabajar de modo estable y adecuado, que el cliente siempre esté satisfecho y encuentre un motivo para volver”, expresa con modestia.
Venta La Chalaúra, que cuenta con el distintivo de Sabor a Málaga desde septiembre de 2017, manifiesta la importancia de esta marca para seguir respaldando a agricultores, productores y hosteleros, crear estrategias y sinergias “en las que podamos apoyarnos mutuamente”, forjar nuevos proyectos y mejorar la economía de los pueblos y localidades de la provincia. Aunque en los últimos años no ha tenido ocasión de participar en las ferias organizadas por Sabor a Málaga, nos explica que sí ha estado en muchas cuando trabajaba para la bodega, y desea que “esta extraña situación sanitaria del COVID-19 que estamos viviendo la dejemos atrás y se puedan llevar a cabo numerosas acciones y eventos”.
Casero, recién hecho, variado y apetecible
Juanjo, padre de dos hijas (5 y 11 años) y consciente de la importancia de conciliar, señala que cuando se embarcó en el negocio acordó con su esposa que debía trabajar en el restaurante para vivir y no para vivir en él. A día de hoy asevera que ha conseguido equilibrar “más o menos” su vida familiar y profesional, fundamentalmente porque no están abiertos en las cenas, ofreciendo únicamente el servicio de desayunos y almuerzos.
Con un menú diario, casero, recién hecho, variado y apetecible, además de una sugerente carta llena de matices para experimentar, el equipo humano de la venta La Chalaúra se afana por brindar a sus clientes platos cuya presentación, aroma y magnífico sabor arrebatan nuestros sentidos. Sabores únicos y muy especiales que dan protagonismo a los productos de la tierra, como las berenjenas abuñueladas con miel de caña acompañadas de dos huevos fritos, que Juanjo nos recomienda descubrir en su menú del día. “Es un plato que no deja indiferente y suele sorprender gratamente a quienes lo prueban”.
Irresistibles
Una larga lista de sugerencias que es preciso destacar, como las croquetas de puchero, el paté casero de chivo, las patitas de chivo al horno con miel, naranjas y pasas; el plato de los montes; la porra antequerana; la calabaza frita con morcilla, las migas … ¡No me resisto a probarlas! Y, claro está, como bien nos advierte Juanjo, “dejemos hueco para el postre, que nuestras tartas caseras y la mousse de naranja o la mousse de torta de algarrobo son un buen final”. Amor por la tradición, respeto por el producto y compromiso con el mercado local definen la esencia de la Venta la Chalaúra, un sabor de Málaga que te conquistará.