Níspero, la fruta de moda más primaveral
Una fruta oriental que buscó cobijo en el corazón de la Axarquía
El níspero es una sabrosa fruta primaveral que está unida muy especialmente al pueblo axárquico de Sayalonga. Allí se ha convertido desde la pasada década de los años ochenta en el principal cultivo. Tanto es así que a este pueblo se le conoce ya con el lema turístico de ‘Paraíso del Níspero’.
Cada temporada se produce allí alrededor de medio millón de kilos de esta pequeña fruta que se introdujo en la localidad en la década de los sesenta como una alternativa a los cultivos tradicionales. Hoy Sayalonga, es junto a dos municipios granadinos, uno de los pocos de Andalucía que ha apostado históricamente por el cultivo del níspero. De hecho, el pueblo está rodeado por miles de árboles que cada primavera dan estos frutos, también conocidos en otras latitudes como níspolas, que son consumidos no sólo en la provincia de Málaga, sino que también son vendidos a otras ciudades españolas o incluso exportados a algunos países europeos.
El níspero de Sayalonga se caracteriza fundamentalmente por ser una fruta nutritiva, sabrosa y muy jugosa. El microclima del que disfruta este territorio, situado entre el Mediterráneo y la sierra axárquica de Almijara ha podido influir en la calidad de esta fruta originaria de Asia.
Para poner en valor sus características y llamar la atención sobre su cultivo se celebra desde principios de la pasada década de los años ochenta la fiesta gastronómica del Día del Níspero, declarada como Fiesta de Singularidad Turística Provincial y de Interés Turístico Nacional de Andalucía. El calendario axárquico señala que cada primer domingo de mayo se desarrolle este evento popular en el que los asistentes pueden degustar la propia fruta, así como sus dos principales productos derivados, la mermelada y el licor.
Además, como es costumbre desde la instauración de esta fiesta axárquica, también se podrá saborear el famoso vino del terreno, un mosto del año que todavía hoy en día se hace artesanalmente en muchos hogares de esta localidad malagueña. Hay quienes los prefieren degustar directamente y otros, transformados en mermeladas o licores, pero, en todo caso, es posible captar el inconfundible sabor que le otorga a la fruta el microclima del que dispone esta coqueta villa axárquica.