Helados artesanos, los diferentes sabores que endulzan tu paladar
Texturas cremosas y refrescantes hechas con ingredientes naturales
La textura, la cremosidad y el sabor son los elementos que diferencian un helado artesano de los helados fabricados mediante procesos industriales. Los helados artesanos malagueños se elaboran con materias primas y carecen de saborizantes, conservantes y colorantes artificiales.
La elección de los ingredientes es una de las claves para su elaboración. Cuando se trata de hacer helados a partir de frutas, lo ideal es el uso de piezas maduras. Además de ofrecer una salida para esas últimas frutas que son más difíciles de vender, proporcionan más sabor gracias a los altos niveles de fructosa. Aunque para gustos, colores. Y para colores, sabores.
El helado artesanal de Málaga abarca una amplia lista de sabores que se pueden diferencias por su aspecto: turrón, mantecado, cereza, oreo, galleta, café, caramelo, Nutella, pistacho, sandía, mango o higos son algunos de ellos. También un sabor que se llama como la provincia: el helado sabor Málaga, fabricado a partir de una base hecha de nata, huevo, pasas y vino dulce. Eso sí, no pueden faltar los sabores tradicionales: el helado de fresa, el helado de chocolate y el helado de vainilla.
Existen algunos detalles que ayudan a conocer si un helado artesano es de calidad. En primer lugar, esta calidad viene definida por la textura: un helado con exceso de piezas sólidas estará muy duro; el helado con más cantidad de azúcar se derrite con facilidad, y el helado que no lleva las proporciones adecuadas de grasas, magro y proteínas es más propenso a cristalizarse y a resquebrajarse. En segundo lugar, la forma de derretirse del helado. Esto proporciona información sobre su proceso de fabricación, ya que es un indicador del número de horas de reposo que ha tenido. En función de cómo haya sido el proceso de reposo el helado puede derretirse más por la superficie o puede derretirse de forma homogénea.
En cono o en tarrina. El helado artesanal de Málaga se suele consumir de dos maneras: en tarrina o en conos de helado. La ventaja de los conos de helado, fabricados de barquillo, permiten comer el helado sin necesidad de cuchara. Aunque tradicionalmente el helado también se ha servido como batido, postre y acompañante de tartas y otros platos que sirven para poner el broche de oro a un excelente menú.