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Cítricos con sabor agridulce: una buena alternativa jugosa y saludable

Cítricos con sabor agridulce: una buena alternativa jugosa y saludable

Limones, naranjas y mandarinas: el sabor cítrico del Valle del Guadalhorce

La producción de cítricos en la provincia de Málaga se concentra principalmente en el Valle del Guadalhorce. Son más de 10.000 hectáreas las que se cultivan entre limones, naranjas y mandarinas malagueñas. De toda esta producción destacan las plantaciones de limones, la cual supone más del 50% del volumen de negocio total de cítricos en la provincia, que en épocas de mayor producción puede superar las 150.000 toneladas. Las variedades de limón fino y limón verna son las más habituales en lo que respecta al limón cultivado en suelo malagueño.

El limonero fino suele habitar terrenos de vega, mientras que el limonero verna se ve principalmente en laderas de las sierras. El primero de ellos se caracteriza por dar un fruto ovalado (y en ocasiones esférico) con pezón corto, corteza lisa y delgada, con alta cantidad de zumo y pocas semillas. El segundo, en cambio, produce un fruto de mayor tamaño, con corteza gruesa, rugosa e irregular y con menos cantidad de jugo.

El cultivo de la naranja malagueña y de la mandarina de Málaga también se concentra, en su mayoría, en el Valle del Guadalhorce. El naranjo se amolda muy bien a las características climáticas de la comarca, ya que necesita climas templados y húmedos. La producción de naranjas en Málaga es elevada (puede superar las cuatro toneladas) y da para exportar a otros países. El cultivo de mandarinas, en cambio, es más escaso y se emplea para el consumo local gracias a que es una fruta con tradición en nuestro país por su rico sabor.

Las variedades más destacadas de naranja malagueña son la valenciana y la navelate. La naranja valenciana (también conocida como Valencia Late) es la más popular en España y una de las más consumidas en el mundo entero. Su corteza es fina y tiene una gran cantidad de zumo (muy ácido). Por su parte, la naranja navelate tiene un sabor mucho más dulce y una textura más jugosa. Las mandarinas malagueñas más habituales son las clemenules y las clemenvillas. Ambas se engloban en el grupo de las clementinas, aunque existen pequeñas diferencias entre ellas. Las mandarinas clemenules son de tamaño grande y fáciles de pelar. Su pulpa es jugosa y tienen pocos huesos. Las clemenvillas también tienen tamaño grande, aunque pueden encontrarse algunas variedades más pequeñas. Son jugosas y fáciles de pelar, aunque tienen un sabor un tanto agridulce.

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